30 de jun. de 2011

Clases de Español


Uno tiene su lengua materna y la ocupa de una forma singular, el conocimiento se pasa de generación en generación sólo deformándose con el uso. A la fecha sigo impresionada como es que aprendemos a hablar es casi mágico, pero al aprender un nuevo idioma las cosas son diferentes. Conozco gente que ha aprendido tan bien una nueva lengua que es imposible saber de donde son, su capacidad de adaptación a una nueva cultura como tomar un acento, es fantástica. Soy nueva dando clases de español y muchas veces me siento superada por las preguntas que me hacen mis alumnos, a pesar de ello siento que es una buena forma de entender mi propia cultura y me hace cuestionarme: cómo es que cosas que doy por hecho no son tan lógicas como parecen. Si doy clase a brasileños es fácil toman muy rápido lo que quiero decir y explicar resulta sencillo. Por otra parte al hacerlo con gente de no tiene como origen las lenguas latinas es más complicado o debo tener los conceptos muy claros para transmitirlos correctamente. Si ya sé que la mayoría de la gente piensa que español y el portugués son iguales pero NO. Hay que tener su debido respeto a cada idioma y para hablar superficialmente puede ser sencillo pero ya enfocarse en un lectura o algo más elevado resulta que no se parecen en el fondo tanto como pensamos. Estudié italiano y ahora el portugués los dos me parecen lenguas hechas para la música, para cantar solo o con los amigos, en noches de fiesta o soledad. A pesar de hablar de desamor, lo hacemos, porque también incluyo al español, con ritmos que nos llevar a bailar y algunas veces a reír… extraño puede parecer para otras culturas pero no tengo una explicación racional. Será que la tristeza, los rompimientos, el abandono, la nostalgia, as saudades (br), tienen otro color en Iberoamérica…

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